martes, 12 de febrero de 2013

Funciones o Capacidades del Huevo

La composición del huevo hace  que este sea un ingrediente indispensable en muchas preparaciones gastronómicas, ya que este tiene funciones que actúan directamente en las recetas, para darles consistencia, sabor, olor, incluso color.

Las funciones del huevo son:




Coagulante: Es propia de clara y yema. Se produce por la desnaturalización de las proteínas por efecto del calor o de la agitación mecánica. La coagulación de la clara comienza a los 57º y a partir de 70º la masa se solidifica. La yema comienza a espesarse a 65º y deja de ser fluida a partir de los 70º. La coagulación es muy útil en la elaboración de repostería (flanes, pudines), pero además es una de las propiedades más empleadas del huevo, cuyo tratamiento más común en la cocina es el calor (huevos cocidos, tortillas, rebozados, elaboración de repostería).

Aglutinante: característica de la clara y de la yema, aprovechada en charcutería y que permite la unión de los diferentes componentes de un producto. Los patés, por ejemplo, consiguen su textura gracias a esta propiedad.





Espumante: La clara forma una emulsión agua-aire que se produce tras el batido a causa de las proteínas denominadas globulinas y lisozima. La estabilidad de la espuma formada se debe a la ovomucina. Las proteínas termocoagulables previenen el desmoronamiento de la espuma durante la cocción. El poder espumante del huevo se aprovecha en repostería para la elaboración de merengues, mousses, claras a punto de nieve, bizcochos, pasteles

Anticristalizante: Esta característica de la clara de huevo es muy útil en pastelería y confitería, donde se emplean soluciones sobresaturadas de azúcar. Un ejemplo es la fabricación de turrón, que permite trabajar con concentraciones muy elevadas de azúcar sin que éste forme cristales detectables.


Emulsionante: es propia de la yema, que confiere gran estabilidad a las emulsiones en las que interviene, debido a su viscosidad y a la presencia de lecitina. Esta propiedad es la que permite que "liguen" las salsas (mayonesas y otras).


Colorante: es propia de la yema, que aporta los pigmentos que le dan su color característico. Es especialmente importante en pastas alimenticias, repostería y salsas.


Aromatizante: el huevo tiene un aroma especial, aportado por la yema, que transmite a los platos en los que interviene, apreciada en la fabricación de pastas alimenticias y en repostería.


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